Veamos:
38:4.3 (420.4) Los serafines NO SON NI MASCULINOS NI FEMENINOS como lo son los hijos materiales y las razas mortales, sino negativos y positivos. En la mayoría de las tareas que se les encargan, se requieren dos ángeles para realizarla. Cuando no permanecen conectados entre sí, pueden trabajar solos; tampoco necesitan a su ser complementario cuando están estacionarios. Por lo común, conservan a sus seres complementarios primigenios, pero no forzosamente. La funcionalidad, y no la emoción de carácter sexual, es la que los impulsa mayormente a vincularse, aunque sean sumamente personales y verdaderamente afectuosos.
También leemos:
38:2.2 (419.2) Aunque los serafines son seres muy afectuosos y comprensivos, carecen de emociones sexuales. Estas criaturas son, en gran parte, como seréis vosotros en los mundos de las moradas, en los que “ni os casaréis ni seréis dados en casamiento sino que seréis como los ángeles que están en el cielo”. Puesto que todos los que “sean tenidos por dignos de alcanzar los mundos de las moradas ni se casan ni se dan en casamiento; porque ya no pueden morir, pues son iguales a los ángeles”. No obstante, al tratar con criaturas sexuadas como vosotros, es nuestra costumbre aludir a los seres que descienden más directamente del Padre y del Hijo como “los hijos de Dios” y referirnos a los vástagos del Espíritu como “las hijas de Dios”. Por consiguiente, en planetas donde habitan estas criaturas, normalmente designamos a los ángeles con pronombres femeninos.
Dice pronombres, no sustantivos. [SE HA ALTERADO EN LA NUEVA TRADUCCIÓN por "términos del género femenino" ]
(Cierto que también se refiere a estos seres como "hijas", ¿pero, da esto pie a que se rompan las reglas del español y se le adscriban sustantivos femeninos, si además no son ni masculinos ni femeninos?
Entonces, ¿por qué "LAS serafines", "LAS ángeles", LAS querubines? ¿O por qué no las serafinas, las ángelas, las querubinas? Y estos casos, pues:
28:0.3 (306.3) 1. Las seconafines.
28:0.4 (306.4) 2. Las terciafines.
28:0.5 (306.5) 3. Las omniafines.
108:5.3 (1191.4) De lo que podéis estar seguros es de que los Ajustadores no perderán nunca nada que haya sido confiado a su cuidado. No se ha oído nunca que estos ayudantes en el espíritu hayan fallado. LAS ÁNGELES y otros tipos elevados de seres de espíritu, sin exceptuar los Hijos del universo local, pueden abrazar ocasionalmente el mal, pueden alejarse a veces del camino divino, pero los Ajustadores no titubean jamás. Son absolutamente dignos de confianza, y lo mismo podemos decir de cada uno de los siete grupos.
112:3.6 (1230.4) Para los que no tienen guardianas seráficas personales, las guardianas colectivas desempeñan con fidelidad y eficacia el mismo servicio de salvaguardia de la identidad y de resurrección de la personalidad. LAS SERAFINES son indispensables para el reensamblaje de la personalidad.
Rompiendo el flujo gramatical natural del español.... Creo que se ha querido imponer un criterio político (evitar el lenguaje sexista) al lingüístico. El debate está servido.
Y, ¿por qué “LOS arcángeles” en estos casos?
93:3.3 (1016.5) El símbolo de los tres círculos concéntricos que Melquisedec adoptó como insignia de su otorgamiento fue interpretado por la mayoría de la gente como una representación de los tres reinos: el de los hombres, el de LOS ÁNGELES y el de Dios.
94:10.2 (1038.6) Esos tibetanos de mente sencilla no quisieron renunciar del todo a sus magias y hechizos de antaño. El ceremonial religioso de los ritos tibetanos modernos es practicado por una hermandad superpoblada de sacerdotes de cabeza rapada que observa un elaborado ritual de campanas, cantos, incienso, procesiones, rosarios, imágenes, hechizos, dibujos, agua bendita, vestiduras espléndidas y coros elaborados. Tienen dogmas rígidos y credos cristalizados, ritos místicos y ayunos especiales. Su jerarquía comprende monjes, monjas, abades y el Gran Lama. Rezan A LOS ÁNGELES, a los santos, a una Madre Sagrada y a los dioses
Personalmente me parece innecesaria esta diferenciación de género masculino y femenino, cuando se especifica que no son ni masculinos ni femeninos. En el contexto se puede introducir algún matiz que indique esta "feminidad".
De acuerdo con el uso, el internet se dice "Ella era un ángel" (208.000 resultados) y no "Ella era una ángel". "Me dijo que yo era un ángel y el ángel era ella."
COMENTARIO EN MI FACE:
2.1. En los sustantivos que designan seres animados, el masculino gramatical no solo se emplea para referirse a los individuos de sexo masculino, sino también para designar la clase, esto es, a todos los individuos de la especie, sin distinción de sexos: El hombre es el único animal racional; El gato es un buen animal de compañía. Consecuentemente, los nombres apelativos masculinos, cuando se emplean en plural, pueden incluir en su designación a seres de uno y otro sexo: Los hombres prehistóricos se vestían con pieles de animales; En mi barrio hay muchos gatos (de la referencia no quedan excluidas ni las mujeres prehistóricas ni las gatas). Así, con la expresión los alumnos podemos referirnos a un colectivo formado exclusivamente por alumnos varones, pero también a un colectivo mixto, formado por chicos y chicas.
A pesar de ello, en los últimos tiempos, por razones de corrección política, que no de corrección lingüística, se está extendiendo la costumbre de hacer explícita en estos casos la alusión a ambos sexos: «Decidió luchar ella, y ayudar a sus compañeros y compañeras» (Excélsior [Méx.] 5.9.96). Se olvida que en la lengua está prevista la posibilidad de referirse a colectivos mixtos a través del género gramatical masculino, posibilidad en la que no debe verse intención discriminatoria alguna, sino la aplicación de la ley lingüística de la economía expresiva; así pues, en el ejemplo citado pudo —y debió— decirse, simplemente, ayudar a sus compañeros. Solo cuando la oposición de sexos es un factor relevante en el contexto, es necesaria la presencia explícita de ambos géneros: La proporción de alumnos y alumnas en las aulas se ha ido invirtiendo progresivamente; En las actividades deportivas deberán participar por igual alumnos y alumnas. Por otra parte, el afán por evitar esa supuesta discriminación lingüística, unido al deseo de mitigar la pesadez en la expresión provocada por tales repeticiones, ha suscitado la creación de soluciones artificiosas que contravienen las normas de la gramática: las y los ciudadanos.
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