miércoles, 19 de marzo de 2014

LA REBELIÓN DE LUCIFER DE JJ BENÍTEZ: EL PEOR DE LOS PLAGIOS




LA REBELIÓN DE LUCIFER DE JJ BENÍTEZ EN PDF.

TREMENDO Y MAL PLAGIO A LA VEZ --todos los errores de la traducción están ahí--. No he visto que en su portada le dé crédito alguno al libro de Urantia. Ahí lo tenéis para echarle un vistazo y juzgar por vosotros mismos:

http://diskokosmiko.mx/brayan-andres-ch9605/coleccion-500-libros-13462/j-j-benitez-la-rebelion-de-lucifer,26518.pdf

La rebelión de Lucifer de JJ Benítez en publicó inicialmente en 1985; en ese momento aún no se había publicado la traducción al español (1993), pero sí la edición en francés de Jacques Weiss  (1962), de ahí tradujo y copió, y le puso una estructura narrativa. Los expertos piensan que no se hizo una buena traducción, como se demuestra también por los pasajes literalmente copiados. 

Esto dice de Dios y un gran etcétera:   ¿Os suena de algo? Copiar y pegar, qué facil...

UN PASAJE
La hija de la raza azul intervino con evidente confusión. -¿Dios? Pero ¿por cuál de esas personas que forman la Trinidad? -En realidad, y respondiendo concretamente, por sus intermediarios: por los Hijos Creadores de universos locales. En general, Dios es un símbolo verbal que sirve para designar todas las personalidades de la Deidad. En estos escritos, el término Dios se utiliza para los siguientes significados. Escucha atentamente y no te alarmes:

1. Dios el Padre: Creador, Controlador y Sostén. Es el Padre Universal y la Primera Persona de la Deidad.

2. Dios el Hijo: Creador Coordenado, Controlador del Espíritu y Administrador Espiritual. Es el Hijo Eterno y la Segunda Persona de la Deidad, de la que también te hablé.

3. Dios el Espíritu: Actor Conjunto, Integrador Universal y Dispensador de Pensamiento. Es el Espíritu Infinito y la Tercera Persona de la Deidad.

4. Dios el Supremo: es el Dios del Tiempo y del Espacio, expandiéndose o evolucionando. Deidad Personal concibiendo la identidad entre criaturas y Creador por asociación y su realización por experiencia en el Espacio-Tiempo. El Ser Supremo ejecuta personalmente la experiencia de realizar la unidad de la Deidad, como Dios evolutivo y experiencial de las criaturas evolucionarias del Tiempo y del Espacio.

5. Dios el Séptuple: Personalidad de la Deidad operando en todos los sentidos, de una manera efectiva en el Tiempo y el Espacio. Son las Deidades Personales del Paraíso y sus asociados creadores, operando dentro y fuera de las fronteras del Universo Central. Personaliza su poder como Ser Supremo en el primer nivel de la criatura, unificando en el Tiempo y en el Espacio la revelación de la Deidad. Este nivel es el Gran Universo, la esfera donde las personalidades del Paraíso
descienden en el Espacio-Tiempo, en recíproca asociación con las criaturas evolucionarias que ascienden en el Espacio-Tiempo.

6. Dios el último: exteriorización del Dios del supertiempo y del espacio trascendido. Segundo nivel experiencial de manifestación de la Deidad unificante. Dios el último tiende a concebir netamente la síntesis de los valores absonitas superpersonales que trascienden el Espacio-Tiempo y exteriorizan la experiencia. Los coordina en los niveles creadores finales de la realidad divina.

7. Dios el Absoluto: el Dios experimentador de los valores superpersonales trascendidos y de los significados de la Divinidad, ahora existencial como Deidad absoluta. Es el tercer nivel de expansión y de expresión de la Deidad unificante. En este nivel supercreador, la Deidad ha agotado el potencial personalizable, ha completado la Divinidad y ve extenderse la actitud de revelarse a sí mismo en niveles sucesivos y progresivos de personalizaciones diferentes. En este punto, la Deidad reencuentra el Absoluto Incondicionado, se contraría a sí misma y realiza la experiencia de identificarse consigo misma...

Gloria hizo un movimiento negativo con la cabeza.
FIN DEL PASAJE 

DEL LIBRO DE URANTIA:  [LA DEFICIENTE TRADUCCIÓN LATINA]

4.6) 0:2.12 1. Dios el Padre: Creador, Controlador y Sostenedor. El Padre Universal, la Primera Persona de la Deidad.
(4.7) 0:2.13 2. Dios el Hijo: Creador Coordinado, Controlador de Espíritu y Administrador Espiritual. El Hijo Eterno, la Segunda Persona de la Deidad.
(4.8) 0:2.14 3. Dios el Espíritu: el Actor Conjunto, Integrador Universal y Dotador de Mente. El Espíritu Infinito, la Tercera Persona de la Deidad.
(4.9) 0:2.15 4. Dios el Supremo: el Dios del tiempo y del espacio en autoactualización y en autoevolución. La Deidad Personal que se realiza en forma asociativa mediante el logro experiencial espacio-temporal de la identidad de la criatura-Creador. El Ser Supremo está experimentando personalmente el logro de la unidad de la Deidad como el Dios, evolutivo y experiencial de las criaturas evolucionarias del tiempo y del espacio.
(4.10) 0:2.16 5. Dios el Séptuple: la personalidad de la Deidad dondequiera que ésta funcione realmente en el tiempo y en el espacio. Las Deidades personales Paradisiacas y sus asociados creativos que funcionan dentro de los límites del universo central y más allá de estos y que están poder-personalizándose como el Ser Supremo en el primer nivel de las criaturas de revelación de la Deidad unificante en el tiempo y en el espacio. Este nivel, el gran universo, es la esfera del descenso espacio-temporal de las personalidades paradisiacas en asociación recíproca con la ascensión espaciotemporal de las criaturas evolucionarias.
(4.11) 0:2.17 6. Dios el Último: el Dios que eventúa del supertiempo y del espacio trascendido. El segundo nivel experiencial de la manifestación de la Deidad unificante. Dios el Último implica la realización lograda de los valores absonito-superpersonales sintetizados, trascendidos el tiempo y el espacio y eventuado-experienciales, coordinados en los niveles creativos finales de la realidad de la Deidad.

(4.12) 0:2.18 7. Dios el Absoluto: el Dios experiencializante de los valores superpersonales y los significados de divinidad trascendidos, que presentemente es existencial como el Absoluto de Deidad. Este es el tercer nivel de la expresión y expansión de Deidad unificante. En este nivel supercreativo, la Deidad experimenta el agotamiento del potencial personalizable, encuentra el cumplimiento de la divinidad y sufre la terminación de la capacidad de autorrevelación a sucesivos y progresivos niveles de personalización en algo otro. Ahora la Deidad se encuentra con el Absoluto No Cualificado, se inmiscuye en él y experimenta la identidad con éste.

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Y no sé si os suena el Manifiesto de Lucifer del libro, pues esto es lo que escribe Benítez tomado una vez más de la peor de las traducciones del libro de Urantia:

PASAJE:
Y hace 200 000 años, durante el cónclave anual de Satania, en
presencia de las multitudes reunidas en Jerusem, Satán
(ganado para su causa por Lucifer) dio a conocer la llamada
Declaración luciferiana de Libertad o Manifiesto de la Libertad,
que comprendía los siguientes puntos:

Primero: la realidad del Padre Universal.
Lucifer pretendía que el Padre Universal no existía y que la
gravedad física y la energía espacial eran inherentes al universo.
El Padre (decía el Manifiesto) era un mito, inventado por los
Hijos del Paraíso para permitirles mantener su poder sobre
todos los universos. Negaba también que la personalidad fuera
un don del Padre Universal, insinuando que existía un complot
con los Hijos del Paraíso para introducir un gigantesco fraude
en toda la creación. Esta afirmación se basaba en el hecho
(según Lucifer) de que no existía una idea clara de la naturaleza
y personalidad reales del Padre. La acusación fue categórica.

Segundo: el gobierno universal de Micael, el Hijo Creador.
Lucifer sostenía en su Manifiesto de la Libertad que los sistemas
locales de planetas deberían ser autónomos, protestando contra
el derecho de Micael a asumir la soberanía de Nebadon en
nombre del hipotético Padre Universal Paradisíaco. Consideró
que todo este plan de culto era sólo una estratagema para servir
la ambición de los Hijos del Paraíso. Sin embargo, admitió
también a Micael (vuestro Jesús de Nazaret) como su Padre-
Creador, aunque no como su Dios y legítimo jefe. Atacó
violentamente el derecho de los Ancianos de los Días,
calificándolos de potentados extranjeros y acusándolos de
entrometerse en los asuntos propios de los sistemas locales y
universales. Los llamó tiranos y usurpadores, instigando a sus
partidarios a considerar que los mencionados Ancianos de los
Días nada podían hacer para interferir en el lógico proceso de
autonomía de los respectivos sistemas planetarios, siempre y
cuando los humanos y los ángeles tuvieran el valor de reafirmar
y reclamar sus derechos. Asimismo pretendió impedir a los
agentes ejecutivos de los Ancianos de los Días que actuaran en
aquellos sistemas locales en los que los mortales pudieran
reivindicar su independencia. En cuanto a la inmortalidad,
sostenía que era inherente a las personalidades del sistema y
que la resurrección era igualmente natural y automática. Ni un
solo mortal (aseguró) se verá privado de la vida eterna por el
mero capricho de los Ancianos de los Días.

Tercero: el ataque al plan universal de educación de los
mortales ascendentes.
Lucifer sostenía en este último apartado de su Manifiesto de la
Libertad que el tiempo consumido en la instrucción de los
mortales o humanos evolucionarios en los principios de la
administración universal era excesivo, con un gasto
desproporcionado de energía. Calificó estos principios como
inmorales y nefastos. Y protestó igualmente contra el programa
que obligaba a preparar a los mortales del espacio durante
largas edades, para un destino tan desconocido como ficticio.
Señalando a los finalistas residentes en Jerusem, anunció que
aquellos no habían encontrado otro destino más glorioso que el
de ser devueltos a humildes planetas semejantes al de su
origen. Sugirió que hablan sido corrompidos por un exceso de
disciplina y por un entrenamiento prolongado, acusándolos de
traición a sus hermanos, los humanos, por prestarse a cooperar
en aquel plan, que seguía manteniendo el mito de los
ascendentes hacia un Padre inexistente.
Por último, desafió y condenó todo el plan de ascensión de los
mortales hacia la Isla Eterna del Paraíso.

FIN DEL PASAJE

LIBRO DE URANTIA:
(603.2) 53:3.1 Cualesquiera hayan sido los orígenes primeros de la desazón en los corazones de Lucifer y Satanás, la explosión final tomó la forma de la Declaración Luciferina de Libertad. La causa de los rebeldes se expresó bajo tres encabezamientos:
(603.3) 53:3.2 1. La realidad del Padre Universal. Lucifer alegaba que el Padre Universal en realidad no existía, que la gravedad física y la energía espacial eran inherentes al universo, y que el Padre era un mito inventado por los Hijos Paradisiacos con el objeto de retener el gobierno de los universos en el nombre del Padre. Negó que la personalidad fuera un don del Padre Universal. Aun sugirió que los finalistas estaban en confabulación con los Hijos Paradisiacos para imponer el fraude sobre toda la creación, puesto que nunca volvían trayendo una idea muy clara de la personalidad auténtica del Padre tal como se la discierne en el Paraíso. Confundió reverencia por ignorancia. La acusación era enorme, terrible, y blasfema. Fue este ataque velado contra los finalistas el que sin duda influyó sobre los ciudadanos ascendentes por entonces en Jerusem para que éstos permanecieran firmes y se mantuvieran constantes en su resistencia a todas las propuestas rebeldes.
(603.4) 53:3.3 2. El gobierno universal del Hijo Creador —Micael. Lucifer sostenía que los sistemas locales debían de ser autónomos. Protestó contra el derecho de Micael, el Hijo Creador, a la soberanía de Nebadon en nombre de un hipotético Padre Paradisiaco y la exigencia de que todas las personalidades reconocieran su lealtad a este Padre invisible. Afirmó que el entero plan de adoración era un esquema sagaz para agrandar a los Hijos Paradisiacos. Estaba dispuesto a reconocer a Micael como su Padre Creador, pero no como su Dios y gobernante legítimo.
(603.5) 53:3.4 Atacó con gran amargura el derecho de los Ancianos de los Días —«potentados extranjeros»— de interferir en los asuntos de los sistemas y universos locales. Denunció estos gobernantes como tiranos y usurpadores. Exhortó a sus seguidores a que creyeran que ninguno de estos gobernantes podía hacer nada para interferir en la operación de la autonomía completa si los hombres y los ángeles tenían el valor de afirmarse a sí mismos y reclamar atrevidamente sus derechos.
(603.6) 53:3.5 Sostenía que se podía impedir a los ejecutores de los Ancianos de los Días actuar en los sistemas locales si los seres nativos se atrevían a afirmar su propia independencia. Mantenía que la inmortalidad era inherente en las personalidades del sistema, que la resurrección era natural y automática, y que todos los seres vivirían eternamente salvo cuando se lo impidiesen acciones arbitrarias e injustas de los ejecutantes de los Ancianos de los Días.
(604.1) 53:3.6 3. El ataque contra el plan universal de capacitación de los mortales ascendentes. Lucifer sostenía que se gastaba demasiado tiempo y energía en el esquema de capacitar en forma tan completa a los mortales ascendentes sobre los principios de la administración del universo, principios que según él, eran poco éticos pero irracionales. Protestó contra el programa que duraba una entera edad de preparación de los mortales del espacio para un destino desconocido y señaló la presencia del cuerpo de los finalistas en Jerusem como prueba de que estos mortales habían pasado edades preparándose para un destino de pura ficción. Burlonamente señaló que los finalistas habían encontrado un destino no más glorioso que el de volver a las humildes esferas similares a las de su propio origen. Sugirió que demasiada disciplina y capacitación prolongada les habían corrompido y que en realidad eran traidores de sus semejantes mortales puesto que ahora cooperaban en un esquema de esclavización de la creación entera a las ficciones de un mítico destino eterno para los mortales ascendentes. Advocó que los ascendenteros debían disfrutar de la libertad de autodeterminación individual. Desafió y condenó el entero plan de ascensión mortal tal como estaba patrocinado por los Hijos de Dios Paradisiacos y apoyado por el Espíritu Infinito.

(604.2) 53:3.7 Y fue con una Declaración de Libertad de este tipo que Lucifer lanzó su orgía de oscuridad y muerte.




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