domingo, 19 de julio de 2020

163:3.3 NO SON PRECINTOS, SINO RECINTOS (T. LATINA)



163:3.3 (1803.5) Cada cual se fue por su lado y Jesús lamentó que Matadormo no permaneciera con ellos porque lo amaba grandemente. Cuando bajaron al lago, se sentaron junto al agua y Pedro, hablando por lo doce (que estaban todos presentes en ese momento), dijo: “Nos preocupan tus palabras al joven rico. ¿Debemos pedir a los que quieran seguirte que abandonen sus riquezas mundanas?” Jesús dijo: “No, Pedro, sólo los que quieren ser apóstoles, y los que desean vivir conmigo como vosotros lo hacéis y como una familia. Pero el Padre requiere que el afecto de sus hijos sea puro y total. Cualquier cosa o persona que se entrometa entre vosotros y el amor de las verdades del reino debe ser abandonada. Si la riqueza no invade LOS PRECINTOS (PRECINCTS) del alma, no tiene consecuencia alguna en la vida espiritual de los que quieran entrar en el reino”.


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