sábado, 11 de julio de 2020

162:6.1 GRAMÁTICA: NO ES “ESTE AGUA”. T. latina y europea.


162:6.1 (1795.5) El último día, el gran día de la fiesta, cuando la procesión proveniente del estanque de Siloé pasó a través de los patios del templo, e inmediatamente después de que los sacerdotes echaron el agua y el vino en el altar, Jesús, de pie entre los peregrinos, dijo: “El que tenga sed, que acuda a mí y beba. Del Padre en lo alto traigo a este mundo el agua viva. El que cree en mí se llenará del espíritu que ESTE AGUA representa, porque aun las Escrituras han dicho: ‘de él fluirán ríos de agua viva’. Cuando el Hijo del Hombre haya completado su obra en la tierra, se derramará sobre toda la carne el Espíritu vivo de la Verdad. Los que reciban este espíritu jamás tendrán sed espiritual”.


(1795.5) 162:6.1 El último día, el gran día de la fiesta, después de que la procesión del estanque de Siloé pasara por los patios del templo, e inmediatamente después de que los sacerdotes hubieran vertido el agua y el vino en el altar, Jesús, que se hallaba entre los peregrinos, dijo: «Si alguien tiene sed, que acuda a mí y beba. Traigo a este mundo el agua de la vida que procede del Padre que está en lo alto. El que cree en mí se llenará con el espíritu que este agua representa, porque incluso las Escrituras han dicho: ‘De él manarán ríos de agua viva`. Cuando el Hijo del Hombre haya terminado su obra en la Tierra, el Espíritu viviente de la Verdad será derramado sobre todo el género humano. Los que reciban este espíritu no conocerán nunca la sed espiritual.»

Sino “esta agua”.


El agua, esta agua, mucha agua

El sustantivo agua es de género femenino, pero tiene la particularidad de comenzar por /a/ tónica (la vocal tónica de una palabra es aquella en la que recae el acento de intensidad: [água]). Por razones de fonética histórica, este tipo de palabras seleccionan en singular la forma el del artículo, en lugar de la forma femenina normal la. Esta regla solo opera cuando el artículo antecede inmediatamente al sustantivo, de ahí que digamos el agua, el área, el hacha; pero, si entre el artículo y el sustantivo se interpone otra palabra, la regla queda sin efecto, de ahí que digamos la misma agua, la extensa área, la afilada hacha. Puesto que estas palabras son femeninas, los adjetivos deben concordar siempre en femenino: el agua clara, el área extensa, el hacha afilada (y no el agua claro, el área extenso, el hacha afilado).

Por su parte, el indefinido una toma generalmente la forma un cuando antecede inmediatamente a sustantivos femeninos que comienzan por /a/ tónica: un área, un hacha, un águila (si bien no es incorrecto, aunque sí poco frecuente, utilizar la forma plena una: una área, una hacha, una águila). Asimismo, los indefinidos alguna y ninguna pueden adoptar en estos casos las formas apocopadas (algún alma, ningún alma) o mantener las formas plenas (alguna alma, ninguna alma).

Al tratarse de sustantivos femeninos, con los demostrativos este, ese, aquel o con cualquier otro adjetivo determinativo, como todo, mucho, poco, otro, etc., deben usarse las formas femeninas correspondientes: esta hacha, aquella misma arma, toda el agua, mucha hambre, etc. (y no este hacha, aquel mismo arma, todo el agua, mucho hambre, etc.)



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