He comenzado a tomar nota de párrafos que tratan de este sensible
tema de la mejora de las razas (eugenesia) para ir
poco a poco comprendiendo este proceso en su justo contexto. Leed también las notas al pie de página. Iré añadiendo más a medida que vayan apareciendo hasta concluir con la traducción y explicación de algunos párrafos especialmente sensibles [Los párrafos que se ofrecen
son los de mi propia traducción]:
349,2 Cuando un mundo evolutivo avanzado llega a las postreras
eras del periodo de luz y vida, los hijos materiales, el Adán y Eva planetarios,
pueden optar por hacerse humanos, recibir el modelador y emprender el camino
evolutivo de ascenso en el universo hasta alcanzar el colectivo de los
finalizadores mortales. Algunos de estos hijos materiales han fracasado
parcialmente o, estrictamente hablando, han incumplido su misión como aceleradores
biológicos, tal como le sucedió a Adán en Urantia, y luego se ven forzados
a seguir el curso natural de los pueblos del planeta, recibir al modelador,
pasar por la muerte y progresar,
mediante la fe, a través del régimen de ascensión hasta finalmente
acceder al Paraíso y al colectivo final.
239,9 A pesar de que estos siete ministerios varían según los
diferentes sectores y universos, siempre implican la aventura de tener que
darse en forma mortal. En el último de estos servicios, el hijo creador aparece
en algún planeta habitado como miembro de una de las razas mortales superiores,
normalmente del grupo racial que contenga un mayor legado hereditario del
linaje adánico, previamente traído para elevar la condición física de los
pueblos de origen animal. Solo una vez en el curso de estas siete misiones,
nace un miguel del Paraíso de mujer como en el caso del niño de Belén, cuyos
datos tenéis. Solo una vez vive y muere como miembro del orden más inferior de
criaturas evolutivas de voluntad.
382,4 Los pueblos de Urantia sufren el resultado de la falta
de ayuda en nuestra labor de lograr un desarrollo espiritual planetario
progresivo. Por un lado, la sublevación de Caligastia provocó una confusión a
nivel mundial y despojó a todas las generaciones que siguieron de la asistencia
moral que una sociedad bien organizada hubiese podido ofrecer; por otro, el
incumplimiento de Adán, incluso de consecuencias más catastróficas, desposeyó a
las razas de ese tipo superior de naturaleza física que hubiese estado más en
consonancia con las aspiraciones espirituales[i].
382,5 Los mortales de
Urantia se ven obligados a experimentar esa manifiesta lucha entre el espíritu
y la carne debido a que sus antepasados remotos no fueron completamente
adanizados durante la misión de Adán. Según el plan divino, las razas
mortales de Urantia deberían haber gozado de forma natural de una disposición
física de mayor receptividad al espíritu[ii].
436,5 Estos serafines mantienen sus sedes en las capitales de
los sistemas y, aunque estrechamente relacionados con los ciudadanos adánicos que
allí residen, están asignados principalmente al servicio de los adanes planetarios,
los mejoradores biológicos o físicos de las razas materiales de los mundos
evolutivos. La labor servicial de los ángeles adquiere un mayor interés a
medida que se extiende a los mundos habitados, a medida que se acerca a los
problemas reales que afrontan los hombres y mujeres del tiempo, que se preparan
para intentar alcanzar la meta de la eternidad.
437,2 1. Las voces del jardín. Cuando el curso
planetario de la evolución humana está alcanzando su nivel biológico más
elevado, siempre aparecen los hijos e hijas materiales, los adanes y evas, para
fomentar el avance de la evolución de las razas contribuyendo materialmente con
su plasma vital de orden superior. Por
lo general, a la sede planetaria
de dichos adanes y evas se le denomina el Jardín del Edén, y a sus serafines
personales a menudo se les conoce como las “voces del jardín”. Estos
serafines prestan un inestimable servicio a los adanes planetarios en todos sus
proyectos destinados a elevar física e intelectualmente a las razas evolutivas[iii].
Después del incumplimiento adánico en Urantia, algunos de estos serafines permanecieron
en el planeta y se asignaron a los sucesores en autoridad de Adán.
437,3 2. Los espíritus de la fraternidad. Es
evidente que, cuando un adán y una eva llegan a un mundo evolutivo, la tarea de
conseguir la armonía racial y la cooperación social entre sus diversas razas es
de considerables proporciones. Es raro que estas razas de diferentes colores y de
naturalezas distintas acepten con facilidad un plan que busque la fraternidad
humana. Estos hombres primitivos solo llegan a percatarse de la sensatez de la interrelación
pacífica al madurar con la experiencia humana y por medio del fiel ministerio
de los espíritus seráficos de la fraternidad. Sin la labor de estos serafines, la
tarea de los hijos materiales de armonizar y hacer avanzar a las razas de un
mundo en evolución se dilataría enormemente. Si vuestro Adán se hubiese
adherido al plan original trazado para el avance de Urantia, estos espíritus de
la fraternidad, a estas alturas, habrían realizado transformaciones increíbles
en la raza humana[iv]. Teniendo
en cuenta el incumplimiento adánico, es, de hecho, extraordinario que dichos órdenes
seráficos hayan sido capaces de fomentar y propiciar incluso el grado de fraternidad del que contáis ahora en Urantia.
567,4 En un mundo evolutivo normal, las razas progresan de
forma natural hasta alcanzar su cúspide biológica durante el régimen del príncipe
planetario; poco después, el soberano del sistema envía a ese planeta a un hijo
y a una hija material. Estos seres, trasladados desde su lugar de origen,
sirven en calidad de mejoradores biológicos; si bien, el incumplimiento de esta
misión en Urantia hizo que vuestra historia planetaria se complicase todavía más[v].
[i] [Mejora de las razas humanas] Se entiende también en este texto la
relación entre naturaleza física y meta espiritual, de ahí la mejora biológica
o genética e intelectual que imparten los escritos. En este párrafo nos encontramos
pues con una primera referencia a un aspecto complejo y muy controvertido del
libro: la eugenesia (mencionada solo una vez) o mejora de las razas. Al
acercarnos a este tema tan sensible, y más en particular por la desastrosa
traducción de términos como la que se ha hecho en las dos anteriores
traducciones al español, hemos de tener en cuenta, como nos dice Jesús, que
todos somos iguales ante Dios (1468,3). El Maestro expresa también su condena a
la explotación de los seres más débiles (1803,2). Hay también que indicar que
los seres celestiales, autores de los escritos, escriben desde su tarea de
impulsar el crecimiento espiritual de planetas habitados o por habitar. Cada
raza o ser individual va a pasar por distintas etapas de desarrollo y maduración
que son consecuencias de su disposición hereditaria, de circunstancias
ambientales y de toma de decisiones personales. Y hay factores en nuestro
planeta como los dos mencionados en este párrafo —la sublevación de Caligastia
y el incumplimiento de Adán— que impidieron que se diera aquí un desarrollo
biológico, cultural y espiritual normal.
Cada vez que se haga alusión a este aspecto del libro, añadiré una nota final
con la intención de ir poco a poco comprendiendo cómo se trata este sensible
tema en el libro.
[ii] [Mejora de las razas humanas] Se repite la idea de que la idoneidad
biológica y receptividad espiritual van de la mano.
[iii] [Mejora de las razas humanas] Observamos que los adanes y evas, al aportar
su plasma vital de orden superior, contribuyen al avance de las razas humanas
cuando estas están alcanzando en el planeta su nivel biológico más elevado. Nos
damos cuenta también de que esta mejora tiene dos aspectos el físico y el
intelectual. Desafortunadamente, en Urantia, el incumplimiento de Adán del plan
de avance de nuestro planeta, como se explica a continuación, impidió que se
llevara a cabo este proyecto en su completitud.
[iv] [Mejora de las razas humanas] Vemos la referencia a las increíbles
transformaciones que se hubiesen realizado en la raza humana si Adán no hubiese
incumplido su misión.
[v] [Mejora de las razas]. De nuevo
referencia al incumplimiento de Adán e implícitamente a las consecuencias
negativas que trajo a nuestro mundo.