Es interesante analizar las referencias existentes en la Biblia en relación a los áltísimos o padres de las constelaciones. Existe la creencia entre las diversas religiones institucionalizadas de que el Altísimo es el Padre del Universo, pero los mismos textos demuestran que esto no es así.
LOS
ALTISIMOS DE NORLATIADEC
488,3 Los
gobernantes de las constelaciones pertenecen al orden Vorondadec de filiación del universo local.
Cuando se les destina al servicio activo como gobernantes de las constelaciones
o en alguna otra función, a estos hijos se les conoce como “los altísimos”[i]
puesto que personifican la más alta sabiduría en asuntos de gobierno en unión
con la lealtad más juiciosa e inteligente de todos los órdenes de los hijos de
Dios del universo local. Su integridad personal y su lealtad al grupo nunca se han
puesto en cuestión; nunca se ha suscitado en Nebadón desafección alguna de los hijos
Vorondadec.
488,5 El salmista sabía que Edentia estaba gobernada por tres padres
de la constelación y, por consiguiente, se refirió a su morada en plural: “Del
río sus corrientes alegran la ciudad de Dios, el santuario de los tabernáculos de
los altísimos”[i].
488,6 A lo largo de los siglos ha existido una gran confusión
en Urantia en relación a los distintos gobernantes del universo. Muchos
maestros posteriores llegaron a confundir sus imprecisas y ambiguas deidades
tribales con los padres altísimos. Incluso más tarde, los hebreos fundieron todos
estos gobernantes celestiales en una deidad compuesta. Uno de sus maestros comprendió
que los altísimos no eran los Gobernantes Supremos, puesto que dijo: “El que
habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Omnipotente”[ii].
En los textos que se conservan en Urantia es muy difícil a veces saber con
exactitud qué quieren decir con el término “Altísimo”. Pero Daniel lo comprendió
plenamente cuando dijo “El Altísimo
gobierna en el reino de los hombres y que a quien él quiere lo da”[iii]
[i] Sal 46,4. En
la versión de Reina Valera, que venimos por lo general usando, se usa el término
“moradas” en lugar de “tabernáculos”.
[ii] Sal 91,1.
[iii] Dn 4,17,25,32; 5,21.
[i] Gn
14,18-20,22; Nm 24,16; Dt 32,8; 2 S 22,14;
Sal 7,17; 9,2: 46,4; 78,17,35,56; 82,6; 91,1,9; 92,1,8; Is 14,14; Lam
3,35,38; Dn 3,26; 4,2,17,24-25,32; 5,18,21; 7,18,22,25,27; Os 7,16; 11,7; Mc
5,7; Lc 8,28; Hch 7,48; 16,17; He 7,1; Oración de Manasés, 1,7.
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