martes, 8 de noviembre de 2016

(585.4) 51:4.8 EL TERRIBLE Y TEMERARIAMENTE TRADUCIDO PÁRRAFO


(585.4) 51:4.8 Estas seis razas evolucionarias están destinadas a ser mezcladas y exaltadas por la amalgama con la progenie de los edificadores adánicos. Pero antes de que se mezclen estos pueblos, los inferiores y los inservibles son mayormente eliminados. El Príncipe Planetario y el Hijo Material, con otras autoridades planetarias apropiadas deciden acerca de la aptitud física de las razas reproductoras. La dificultad de ejecutar un programa tan radical en Urantia consiste en la ausencia de jueces competentes para decidir sobre la aptitud o inaptitud biológica de los individuos de vuestras razas mundiales. A pesar de este obstáculo, parecería que vosotros debierais ser capaces de concordar en la desconfraternización biológica de vuestras cepas más marcadamente ineptas, defectuosas, degeneradas y antisociales.

Traducción alternativa:

585,4 Estas seis razas evolutivas están destinadas a mezclarse y enaltecerse mediante el cruzamiento con la progenie de los mejoradores adánicos. Si bien,  antes de que se mezclen estos pueblos, los menos dotados[1] e inaptos[2] quedan en gran medida excluidos. El príncipe planetario y el hijo material, junto con otras autoridades planetarias pertinentes, deciden sobre la aptitud adaptativa de los linajes reproductores. La dificultad de llevar a cabo, en Urantia, un programa tan radical se debe a la ausencia de expertos competentes que decidan sobre la adaptación o inadaptación biológica de los miembros de las razas de vuestro mundo. A pesar de este obstáculo, parece que deberíais ser capaces de estar de acuerdo con el apartamiento biológico[3] de vuestros linajes más acentuadamente[4] inaptos, deficientes[5], en declive degenerativo[6] y antisociales[7].



[1] En el nivel biológico del texto, la progenie de Adán se cruzaría con las razas mejor dotadas, con exclusión de las menos dotadas. En realidad, se trata de una reproducción selectiva.  En el escrito 70 se explican los resultados de estas medidas en el futuro: “Pero estas medidas solo pueden dar sus verdaderos frutos en los lejanos milenios del futuro, aunque la manipulación inteligente, sabia y paciente de estos factores aceleradores del progreso cultural producirá inmediatamente muchas mejoras sociales. La religión es la palanca poderosa que levanta a la civilización por encima del caos, pero se encuentra impotente sin el punto de apoyo de una mente sana y normal, que descanse firmemente sobre una herencia sana y normal” (793,10). Vemos la importancia de la herencia “sana y normal” como base del desarrollo de la religión.
[2] Las expresiones apto, no apto o inapto y, en general, de aptitud o capacidad adaptativa, al igual que adecuación, adaptación o eficacia biológica constituyen conceptos primordiales en la teoría de la evolución; se usa en los modelos de genética de poblaciones. La adecuación o adaptación es el proceso a través del cual los organismos mejor adaptados o dotados desplazan a los menos adaptados mediante la acumulación lenta de cambios genéticos favorables en la población a lo largo de las generaciones. Esta adaptación no solamente es biológica sino también  de tipo conductual o de comportamiento. En general, se puede afirmar que la adecuación o adaptación solamente se puede medir con una variable: el éxito reproductivo. La falta de adaptación de una raza o estirpe lleva a la extinción. En biología y ecología, extinción es la desaparición de todos los miembros de una especie. 
[3] Sobre la exclusión biológica a la que antes aludí. En nuestro planeta se malogró el plan de Adán y no se llegó al culmen biológico que nos hiciera más receptivos al espíritu. En un escrito anterior se explican las circunstancias: “Los mortales de Urantia se ven obligados a experimentar esa manifiesta lucha entre el espíritu y la carne debido a que sus antepasados remotos no fueron completamente adanizados durante la misión de Adán. Según el plan divino, las razas mortales de Urantia deberían haber gozado de forma natural de una disposición física de mayor receptividad al espíritu” (382,4-5).
[4] Es necesario recalcar que estos linajes tienen un altísimo grado de ineptitud, deficiencia, decadencia, etc.
[5] Parece referirse a portadores de genes defectuosos (desfavorables o deficientes) o anomalías genéticas causante de un gran número de enfermedades genéticas como el síndrome de Down, el síndrome de Turner, la fibrosis quística, la distrofia muscular o la hemofilia. El termino se repite distintas veces en el libro. 
[6] Este concepto, que se repite con frecuencia como adjetivo y sustantivo en el libro, hace alusión a la decadencia degenerativa, al declive de razas, estirpes o personas, lo que denota un deterioro principalmente biológico o físico de los seres humanos (Ver 596,7). La endogamia tiene mucho que ver con este declive (Ver 918,1 y ss. y 920,1). Aunque no se indica expresamente, puede deberse tanto a factores externos (Ver 848,6) en el que se explica la importancia de un buen entorno para favorecer una buena herencia biológica) como al empobrecimiento o decaimiento genético, que conllevaría una menor resistencia a las enfermedades (Ver la relación entre decaimiento biológico y enfermedad: 596,7; 626.10). Relacionado con estos conceptos, Sadler escribió Race decadence: an examination of the causes of racial degeneracy in the United States (1922): https://archive.org/details/racedecadenceexa00sadliala. En este libro, Sadler distingue entre decadencia física y deterioro mental.
[7] El libro pone como ejemplo de rasgos antisociales a pueblos primitivos como los  pigmeos y los bosquimanos: “Entre estos pueblos atrasados se puede observar algo de la antigua hostilidad tribal, la desconfianza personal y otros rasgos extremadamente antisociales tan característicos de todas las razas primitivas” (764,2). En general, estos rasgos antisociales también se pueden trasplantar a nuestra época. Hoy en día a estos trastornos antisociales se les llama “sociopatía”, en referencia a serios trastornos antisociales de la personalidad. Estas personas parecen actuar fuera de toda moralidad, inteligencia sana y espiritualidad. Ver también párrafo 647,5.  

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