398,1 Hay más de un millón de fórmulas químicas fundamentales
o cósmicas que componen los modelos parentales y las numerosas variaciones
funcionales básicas de las manifestaciones de la vida. El satélite número uno
de la esfera de la planificación de la vida es el campo de acción de los
físicos y de los electroquímicos del universo que sirven como asistentes
técnicos de los portadores de vida en la labor de capturar, organizar y manipular
las unidades esenciales de energía empleadas para construir los vehículos
materiales de transmisión de la vida[i],
el así llamado plasma germinal[ii].
[i] Al afirmar que un
nuevo organismo se genera por la unión de un óvulo y un espermatozoide, los
científicos se preguntaban cómo se transferían las características de los padres
a los hijos mediante partículas de materia viva. A comienzos del siglo XX,
fecha en la que se iniciaba la revelación se creía en la teoría del plasma
germinal o germinativo, que explicaba cómo una célula germinal (óvulo y
espermatozoide) puede mantener la tendencia hereditaria de todo el organismo. Consecuentemente
con este planteamiento, se propuso que dicho plasma germinal se transmitía de
generación en generación, sin verse afectado por lo que le sucedía en el cuerpo
(Weismann, 1834-1914). Esa teoría no resultó ser cierta, según la ciencia de hoy,
y en la actualidad se identifica el plasma germinal con cromosomas y ADN; es
decir se usa el término plasma germinal para
describir las fuentes genéticas (el ADN) de un organismo y las colecciones de
dicho material; es decir, el genoma o programa de vida. No obstante, la idea de
Weismann, superada por la ciencia moderna, puede ayudarnos a comprender el
hecho de que hay una genealogía inherente en el ser humano que puede trazarse miles
de años en el pasado hasta el modelo genético de los andonitas. La teoría de Weismann
podría indicarnos igualmente, en esencia, que se pueden aislar los rasgos
heredados de la personalidad y del carácter, existentes antes de la acción del modelador, que hacen que cada persona sea un ser
único. Ver 848.8 referido a Abel y a los rasgos de carácter que había heredado.
[ii] Ver párrafo 667,3, en el que se denomina al plasma germinal como “fenómenos
de la vida organizada”, y se afirma que ocurren “modificaciones posteriores de
los factores hereditarios del plasma germinal.”
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