lunes, 1 de febrero de 2016

NO SOMOS HUÉRFANOS CÓSMICOS



No se olvida en los consejos del universo a vuestro aislado mundo. Urantia no es un huérfano cósmico estigmatizado por el pecado y apartado del vigilante cuidado divino por la rebelión. Desde Uversa hasta Lugar de Salvación y continuando hasta Jerusem, e incluso en Havona y en el Paraíso, todos saben que nosotros estamos aquí; y a vosotros los mortales que ahora habitáis en Urantia se os aprecia con tanto cariño y se os custodia con tanta fidelidad como si esta esfera nunca hubiese sido traicionada por el príncipe planetario infiel, e incluso más. Es eternamente verdad: “El Padre mismo os ama”[1]. (114:7.17)
Son bellas palabras. No, no somos huérfanos cósmicos a pesar de todas las vicisitudes por las que nuestro planeta ha pasado y sigue pasando, a pesar de que nuestra mejora biológica no se llegó a dar del todo y nuestra sociedad y nuestra percepción espiritual se resintieron como sus habitantes actuales sabemos bien.




[1] Jn 16,2.

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